viernes, 4 de septiembre de 2020

LA CASA DEL PIRATA

Cuenta la leyenda que una vez en Cádiz una pareja que, a pesar del amor que se tenían, su unión parecía imposible, a causa de la falta de fondos que no les permitían contraer matrimonio.
Por este motivo, el novio decidió embarcar hacia las Américas para así hacer fortuna, prometíéndole a su amada volver tan  rico,  que la cubrirla de oro de la cabeza a los pies.
La joven novia esperaba el regreso de su enamorado día tras día hasta que un aciago día, llegó la noticia de que el barco en el que navegaba su enamorado, había naufragado y que se le daba por muerto, pero ella nunca perdió la esperanza y seguía esperando a que cumpliera su promesa.
Pasado algún tiempo, el joven volvió rico, tal y como había prometido. Le contó a su esposa como el barco en el que iba, había naufragado, que él se había salvado, llegando a una isla y que había hecho su fortuna mediante la piratería. También le dijo que tenía más riquezas guardadas en la isla donde había llegado tras su naufragio y que tenía pensado volver para recuperarlas.
Su esposa, temerosa de que la historia pudiera volver a repetirse, le rogó que no volviera a embarcarse.
Pero el marido echaba de menos la vida en el mar y por ello su esposa, mandó construir una casa semejante a un galeón y con una torre mirador que le permitiese ver el mar.
Pero ella murió y el esposo decidió cumplir su promesa y la enterró dentro de la casa, cubierta de oro.
La noticia se extendió por Cádiz, llegando a oídos de un par de ladronzuelos que, cegados por el brillo del oro, decidieron entrar en la casa y profanar la tumba de la mujer para saquear el oro que, en teoría, se encontraba en ella. El marido descubrió a los dos rateros y los mató allí mismo.
Detrás de la leyenda, encontramos la historia de este edificio.
Este edificio fue mandado a construir por un comerciante rico del S XVIII.. De estilo isabelino, su interior está decorado de manera que asemeja un galeón, destacando su extraordinaria escalera, por las que se accede a las torres mirador, además de el impresionante techo, situado en el salón de baile, realizado por Albarzuza, autor también del mural que cubre el techo del Gran Teatro Falla.



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