lunes, 4 de enero de 2016

LA CARTA



Me parece todo muy extraño. Paseo entre los muebles de mi casa, tan familiares para mí, pero todo se me hace hoy muy extraño, como si lo viera cubierto por una espesa niebla que lo volviera irreconocible a mis ojos.  Entro en nuestro dormitorio, aquél en el que tantos momentos de íntima complicidad hemos compartido.
 ¡Cómo es posible!¡Cómo ha permitido que con su extraño comportamiento haya instalado esta distancia entre nosotros!.
Su actitud acrecienta mi desconfianza ¿Cuando comenzó esto y por qué? No lo comprendo.
Paseo la vista a mi alrededor. Las cortinas semicorridas, dejan pasar una luz tenue pero suficiente para permitirme posar la vista en todos los muebles del dormitorio. Los recorro con mirada ausente cuando algo llama mi atención. Nuestro escritorio está abierto y sobre él la blancura de una hoja de papel atrae de inmediato mi atención.
Me acerco al escritorio y veo que, junto a ella reposa una pluma recién usada, y que el tintero está aún abierto. Parece como si alguien hubiera empezado a escribir pero algo le hubiese impedido terminar su tarea. No puedo resistir la tentación y comienzo a leer.
Descubro la escritura rápida y clara de mi marido. Es una carta. Está dirigida a mí y en ella expresa todo aquello que no es capaz de decir con palabras. La leo y  lo que aquella carta revela, consigue disipar todas mis dudas.

Mari Carmen Fernández González       4 - 1 - 2016