Sus ojos perdidos
en una ensoñación creativa.
Su mente, quizás
en mundos maravillosos,
mientras la imaginación vuela
la poetisa se eleva
sobre la realidad que la rodea.
Se aleja hacia un mundo
de sentimientos y sensaciones.
Entre sus dedos, la pluma,
vehículo de su pasión y sus sentidos que,
guiada por las musas,
da rienda suelta a su inspiración creadora
sobre el papel, elemento inmaculado,
que recoge el fruto
de la sensibilidad y el sentimiento.
Mari Carmen Fernández 4-7 2014
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