Cuando nadie nos mira
atravesamos el firmamento,
viajamos por él sobre las nubes
acariciando con nuestras manos las estrellas.
Cuando nadie nos mira
nuestras sombras se reconocen,
uniendo nuestros cuerpos en suave abrazo,
transformando en liquidez nuestros sentidos.
Cuando nadie nos mira
el tiempo se transforma,
la nieve se funde y el fuego se hiela,
consumiendo el anhelo todo a nuestro paso.
Mari Carmen Fernández González 7- 10- 2014
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